Mujer, deja de cuestionarte, de batallar, y de traducirte en otros patrones que no sea el de “ser tu misma.” Las mejores cosas suceden cuando mudas la piel y te enfocas en lo que te satisface y te hace libre. Es allí donde serás más productiva, donde te harás más sabia, donde el éxito llegará de forma natural y automática.
¿A qué edad debo ser madre? ¿Cómo prepararme para ese cambio? ¿Qué quiero estudiar? Si no lo hago, ¿no formaré una familia o tendré dinero? ¿Cuándo me debo casar? ¿Me arriesgo a hacer lo que me gusta?
Es común ver en las redes sociales los prototipos de la felicidad. Para unos, puede estar sujeto a objetos materiales, logros académicos, adquisición de una vivienda, viajes, placeres, y un sinfín de esquemas, justificados por el contexto en que vive cada persona. Y es ese mismo contexto el que varía los objetivos planteados en las etapas de la vida.
En el ámbito netamente femenino, las jerarquías varían. Hay mujeres que desean ser atletas, doctoras, astrologas, poetas, o, basado en términos de igualdad, elegir profesiones etiquetadas socialmente para el sexo masculino – lo que supone un reto maravilloso.
Sin embargo, lo paradójico de este argumento es que las críticas o razonamientos sobre el trabajo que puede o debe hacer una mujer ya no representa un tema de debate. La igualdad social entre los sexos ha demostrado que la fertilidad, por ejemplo, no es la única carrera que una mujer debe cursar, o lo único a lo que está destinada ser.
Como ejemplo de ello, tenemos a la canciller alemana Ángela Merkel, quien también ostenta estudios de física y ha desarrollado una carrera política, asumiendo otros roles familiares. Y si le echamos un vistazo a la historia, es fascinante el abanico de mujeres que han izado la bandera de la libertad en diferentes latitudes: María Leóntievna Bochkariova, más conocida por el apodo de ‘Yashka,’ fue una soldado rusa que combatió en la Primera Guerra Mundial; Elizabeth “Bessie” Coleman, aviadora y primera mujer afroamericana piloto; Frida Kahlo, pintora mexicana de imaginación y creatividad desbordante, quien nos enternece con pinturas de su propia biografía.
Lo cierto es que las interpretaciones del papel femenino en estos tiempos han cambiado para bien. El mundo es otro porque nuestras necesidades y comportamientos vislumbran que estamos preparadas para batallar en el ejército que corresponda, sin caer en comparaciones con el sexo masculino.
Pero sea cual fuere el ámbito, lo importante es el nivel de influencia que podemos ejercer dentro de nuestro círculo con la estrategia que siempre ha funcionado: ser tu misma. Útiles en lo que deseemos desempeñar, enamorándonos absolutamente del poder que tenemos como hembras deseosas de evolución, sin caer en extremismos.
El tema central es qué hacer, cómo pensar y comprender cuando no te sientes preparada para hacer lo que la sociedad enlista como prioridad. Y por supuesto, responder al bullying armado que marca el checklist de la sociedad: ¿Para cuándo los hijos? ¿Para cuándo te gradúas? ¿Cuándo comprarás casa, etc.? Es como si una mezcla de generaciones, matriarcados y preceptos, pujaran la idea de que la vida lleva un orden dictado por ellos.
El enfoque radica en “sentirse seguras en su propia piel,” según Rachel Hollis, autora del libro Amiga, Lávate esa Cara, que ha vendido alrededor de 4.5 millones de copias en los últimos años.
Hollis destaca este enfoque dentro de sus 7 secretos para mujeres seguras. “No se trata de ser talla dos o tener un cabello digno de Blake Lively, ¡se trata de amarte a ti mismo, con defectos y todo! Y es esta la base para tener una relación estable de pareja, amistades, y círculos sociales cercanos,” dijo Hollis.
No se disculpen a menos que haya una buena razón: “Lo siento, pero ¿cuándo empezamos a decir que lo siento por todo? (…) Uno de los hábitos que he visto en todos mis años en el mundo empresarial es la tendencia de las mujeres a disculparse por cada pequeña cosa ... ¡incluso cuando no hicimos NADA MAL! ¿¡POR QUÉ!? En nuestra cultura, incluso hemos acuñado un término para ello – ‘síndrome de lo siento.’”
Sé tu propia animadora: “Las mujeres exitosas saben cómo decirle a la gente con seguridad lo que hacen y lo que han logrado. No es alardear, es estar orgullosa de quien eres.”
Levanta a otras mujeres: “Las mujeres más seguras del mundo saben que los celos no te llevarán a ninguna parte.”
Céntrate en las soluciones, nunca en los problemas: “Los problemas siempre van a surgir en la vida, abordarlos con positividad y una actitud basada en soluciones te llevarán a todas partes.”
Está siempre preparada: “¡Estilo Girl Scouts! Estar preparado no sólo te relajará, sino que te dará la confianza necesaria para afrontar una situación con aplomo.”
No tengas miedo a equivocarte: “No permitas que el miedo a equivocarte te impida hablar y participar. ¡Quién sabe qué idea original puede surgir de expresarse!”
Hollis tiene otros libros destacados como Amiga, deja de disculparte, 238 páginas donde ofrece un plan sin pretexto para alcanzar tus metas. Para más información sobre Hollis, visita su sitio web: www.msrachelhollis.com.